Bruno Testori es el director de la prisión de San Michele, donde utiliza métodos poco ortodoxos con los presos. Una mañana se encuentra el cuerpo de Nicola Iaccarino, comandante de la policía penitenciaria y mejor amigo de Bruno, quien no quiere difundir la noticia e inicia investigaciones personales internas que no conducirán a nada. Testori luego recurre al fiscal adjunto Lombardo, quien investiga apoyado por el inspector Pellegrini y descubre que el comandante fue atacado en el techo y arrojado por las escaleras. Testori busca la ayuda de Miroslav Lackovic, un ex narcotraficante que cumple cadena perpetua, para tratar de entender qué sucedió realmente, pero lo encuentran ahorcado en su celda.