Morey es obligado a abandonar Ceuta y se abre una investigación sobre su supuesta corrupción y sobre la revelación pública de su identidad. Pese a la prohibición, el agente no puede permanecer inactivo ante las noticias que le llegan de El Príncipe y se embarca en una maniobra desesperada para tratar de que no lleguen a término los planes de Khaled