Neela vuelve al hospital, pero aún no tiene claro si su futuro es ser médico o no. Pratt habla con Neela, Abby, Ray y otros internos y les dice que ya son médicos de verdad y que deberían antender a unos 25 pacientes por cada turno que realicen. Ray y Abby atienden a un hombre que ha sufrido un accidente con una moto acuática y tiene la cara desfigurada. Ray no hace más que protestar porque quiere encargarse sólo del caso, pero cuando Abby se cansa y le deja un momento solo, pero Dubenko le dice que no se le ocurra abadonar a su paciente.