Kem y Carter sufren un duro golpe cuando les notifican que el bebé que están esperando está muerto. A la propia pena se suma el doloroso trance de tener que pasar por el parto. La pena de Kem le impide atreverse a conocer al bebé. Los terapeutas aconsejan que es mejor de cara a su futuro emocional que vea a su hijo. Carter hace un gran esfuerzo para ayudar a Kem a pasar ese mal momento. Neela y Abby se gradúan como médicos.