Película construida a partir de una grabación sonora de la ópera de Modest Musorgski, realizada dos años antes del rodaje con la participación de la Orquesta Sinfónica de Washington y algunas estrellas de ópera del momento. Zulawski retoma a través de ella los temas de la obra original de Pushkin, para, a través de múltiples anacronismos, ponerlos en relación con la historia soviética y las dictaduras del siglo XX.