Alejo es un violinista viudo cuya suegra, doña Encarna, no deja de amenazarle mandándole telegramas todos los meses. Cuando se vuelve a casar, su nueva suegra le hace la vida imposible. Un día se le aparece el espíritu de doña Encarna, que le asegura que ha muerto y, aunque le sigue odiando, ahora está dispuesta a ayudarle para conseguir su perdón. Alejo, asustado, confirma la muerte de su primera suegra y de repente todo comienza a salirle bien, hasta que comienza a meterse en varios embrollos y termina pidiendo a doña Encarna que no le ayude más.